Links para el BlogDay 2005

Mis links para el BlogDay 2005

El Tártalo es el blog de una estudiante de lenguas española que estudia en Yunnan, China.

Green Tea es el blog de una arqueóloga canadiense que aunque vivió en Oriente ahora está en Toronto. Está en inglés, pero a estas alturas eso no debiera ser problema.

Blog de los Anticuarios, desde España, es eso y mucho más, para mentes curiosas.

El Guardián del Faro, desde Venezuela un excelente blog.

Where is Raed? Escrito en inglés por un joven iraki desde Bagdad, este dramático blog narra lo sucedido antes, durante y después de la invasión norteamericana que derribó el régimen de Saddam. Este fue el primer blog que vi y me dejó impresionado por las circunstancias en que estaba siendo escrito. Demás está decir que Where is Raed? fue seguido por miles de personas que lo leyeron día a día durante esos meses de la invasión en 2003.

Mi Búsqueda del Anillo

En 1978 en una librería de Viña del Mar, ví tres libros con un título que sonaba misterioso. Me interesaron, pero como no era nada más que un estudiante secundario lamentablemente me faltaban los recursos, no tenía plata para comprarlos. Así que me olvidé del asunto y hasta se me olvidó el nombre de los libros y de su autor. Un par de años después en una revista de ciencia ficción, leí un artículo sobre los mismos libros y desde ese momento comenzé a buscarlos por todas las librerías de Viña, Valparaíso y Santiago. Busqué durante los dos años siguientes sin ningún resultado. Algunos libreros me decían que conocían los libros pero que estaban agotados, habían llegado unos pocos desde Argentina, se habían vendido rápido y nunca más habían llegado de nuevo. Así estaba la cosa. Un día me detuve frente a una librería de Valparaíso que había pasado por alto porque estaba apartada de mis rutas habituales. Era una librería un tanto extraña, tenía un mostrador casi en la entrada y por todos lados grandes anaqueles llenos de libros que se encaramaban hasta los altos techos. Los clientes tenían que pedir los libros que buscaban en el mostrador, y esperar mientras los dependientes y el dueño buscaban los libros trepados en unas escaleras de madera que corrían apoyadas en los anaqueles. De pronto veo que el dueño bajaba las escaleras con los famosos libros en la mano, uno de ellos venía con la tapa un poco doblada pero dadas las circunstancias eso era lo de menos. Demás está decir que los compré de inmediato. La búsqueda había terminado y comenzaba el tiempo de la lectura.

Esta es la portada de la primera edición de El Señor de los Anillos en español. Editorial Minotauro de Buenos Aires, 1977.

Historias de Piratas

A propósito de Corto Maltés y La Balada del Mar Salado, éste es una excelente sitio que para encontrarse con la literatura de piratas.

Corto Maltés, el cómics épico

Intrigas, dilemas morales, aventuras en los bordes o incluso más allá del mundo conocido llenan las páginas de las obras de Hugo Pratt (1927-1995). La galería de personajes creada por Pratt es extensa y variada pero sin duda el más característico es Corto Maltés. Un aventurero de origen oscuro que aparece por primera vez en La Balada del Mar Salado, novela gráfica (como se llama ahora a los cómics largos) basada en hechos reales: las correrías de los corsarios alemanes en las islas del Pacífico durante la Primera Guerra Mundial. En la Balada, como es característico en las obras de Pratt no hay ni buenos ni malos, tan sólo existe lo justo y lo injusto, y estas categorías muchas veces son percibidas sólo por el lector.

Esto último hay que tenerlo claro porque Corto Maltés no es un justiciero (al estilo superhéroes), sino que un aventurero viviendo o sobreviviendo en los tiempos de la Primera Guerra Mundial y el período de entreguerras del siglo XX. En un mundo que se desarma, el viejo orden ha caído en medio de la guerra y las revoluciones, y todavía no hay nada que lo reemplace. Son tiempos de búsqueda apasionada y vehemente, de miedos y odios incubados que luego reventarán en la ideológica Segunda Guerra Mundial. Pero Corto Maltés, el aventurero libre, quizás convenientemente no será testigo de esta gran conflagración ya que desaparecerá en los campos de batalla de la guerra civil española de 1936.

¡Dante, cámara, acción!

Perdidos en Tokyo es una de las películas que más me han gustado en los últimos años. Y, oh sorpresa, se puede hacer un paralelo más o menos directo entre esta película y la Divina Comedia.

En Perdidos en Tokyo un actor famoso llega a Japón a filmar una serie de comerciales de whisky. Desde su llegada sufre el "infierno" del jet lag, luego pasa por el "purgatorio" de la barrera idiomática y de una relación matrimonial gastada que lo persigue hasta el otro lado del mundo, termina con una breve visita al "cielo" en donde vislumbra a su amor platónico, la joven esposa de un fotógrafo que se encuentra trabajando en Tokyo.

Ella por su parte también vive lo suyo. Primero atraviesa el "infierno" del jet lag, después se enfrenta al "purgatorio" del vacío existencial en que se encuentra su vida y que es gatillado por su encuentro con la cultura del vacío que existe en Japón (el Budismo Zen, el ikebana, etc), y termina con esa breve relación con el actor que se transforma en amor platónico correspondido, lo que vendría a ser "el cielo" que marca un nuevo comienzo o "redención" para los protagonistas.

De más está decir que en la Divina Comedia el amor platónico está representado por Beatriz, la dama amada en silencio por Dante.

Algo me hace click, Dante

A mitad del andar de nuestra vida
extraviado me vi por selva oscura,
que la vida directa era perdida.

El comienzo de la Comedia de Dante Alighieri es como el principio de tantos otros libros famosos. Todos saben de memoria las primeras líneas pero en verdad nadie ha leído el libro (incluido yo que he leído sólo unas pocas páginas ).

La Comedia más tarde será llamada Divina por sus lectores, y para muchos es el texto fundacional de la literatura occidental. Antes de Dante no hay otro escritor que le haga el peso, y después hay que esperar algunos siglos hasta la aparición de Shakespeare y Cervantes.

Recordemos que Dante es un hombre medieval. Él pertenece a ese tiempo que nos quieren convencer que fue totalmente oscuro y sombrío (mil años de oscuridad intelectual, nos dicen). Sin embargo, basta leer un par de páginas de la Comedia y conocer algo del pensamiento de este hombre medieval, para darnos cuenta de lo complejas que son las categorías que maneja. De hecho, es por esa complejidad que a nosotros que estamos en el siglo XXI, nos cuesta un poco seguir a Dante en su camino (y es por eso mismo que no leemos su obra). Entonces, ¿quiénes son los simplones, los que no entienden nada, los que han perdido la capacidad de leer cosas profundas?

Lo que sucede es que nuestra vida se ha vuelto demasiado rápida. Todo debe ser rápido y eficiente, hasta la lectura. Hemos ganado en eficiencia, pero a la vez hemos sacrificado nuestra capacidad de comprensión. La comprensión lleva su tiempo, es necesario que muchas cosas vayan haciendo click dentro de la cabeza del lector y a menudo eso pasa tiempo después de haber terminado una lectura (digo lectura en un sentido general, o sea aplicado a ver una película, escuchar música o mirar una pintura). El tiempo del click es el tiempo de reflexión, el momento en que sacamos conclusiones. Lamentablemente nuestra vida es tan rápida que ya no tenemos tiempo para reflexionar, incluso podría decir que el reflexionar es considerado por muchas personas como una pérdida de tiempo.

Y es justamente a ese tiempo de reflexión al que Dante se refiere en las primeras líneas de la Divina Comedia:

A mitad del andar de nuestra vida
extraviado me vi por selva oscura,
que la vida directa era perdida.

Estos versos tratan de un hombre que reflexiona acerca del momento en que se encuentra su vida. Se siente amenazado por el modelo de sociedad en que vive y no vislumbra una solución a sus inquietudes vitales. Actual ¿no?

El viaje de la lectura

A medida que vamos leyendo, ya no estamos aquí y ahora. Estamos allá, recorriendo algún lugar, averiguando datos, ordenando eventos, ideando hipótesis, asintiendo, negando, entendiendo un poco más de que se trata la vida. En el fondo ganándole tiempo al tiempo.

La lectora de la carta

Lectores de cartas, una especie un tanto en extinción. El escribir cartas, una actividad de elite que luego se populariza al extenderse la alfabetización, vuelve ahora a ser algo de pocos, una pequeña elite conformada no como antaño por los miembros de una clase dirigente sino que por los que están en el secreto de que aún es posible enviar y recibir letras manuscritas a través de correos de verdad. Si se usan estampillas para pagar el franqueo tanto mejor.

Mujer leyendo, sello grabado por Czeslaw Slania inspirado en una obra de Picasso.




Más sellos grabados por Slania.

Ese Joven Lector

El joven lector que todos llevamos dentro. Curioso, inquieto, quizás hasta algo morboso. Eso de querer saber que pasó después o como funciona algo, no deja de tener su pequeño morbo.

El joven lector, Ozias Leduc, 1894